miércoles, 30 de marzo de 2011

Panamá aún debe la tarea

EVALUACIÓN DE LA COALICIÓN MESOAMERICANA PARA LA EDUCACIÓN INTEGRAL EN SEXUALIDAD


COLOMBIA. La Constitución de 1991 marcó un hito en la educación sexual, toda vez que contempló los derechos sexuales y reproductivos, tanto en los derechos fundamentales como en los sociales, económicos y culturales. LA PRENSA/Jazmín Saldaña
ALEIDA SAMANIEGO C. 
ansamaniego@prensa.com

José Luis es un joven de 15 años que ha aprendido todo lo que sabe de sexo intercambiando comentarios con sus compañeros de colegio y con amigos de su comunidad.
Este adolescente dice, entre sonrisas, que lo más importante a la hora de tener relaciones con su novia, de 14 años, es el condón, al que él llama “el capote”. José está consciente que el preservativo es una herramienta útil para evitar embarazos y enfermedades de transmisión sexual, aunque no sabe explicar exactamente cuáles.
Así como él, muchos adolescentes pasan de las “agarraditas” de mano a las caricias, los abrazos y finalmente a las relaciones sexuales, pero la mayoría no tiene ni la mitad de la información que José posee.
Para tratar de frenar estas conductas o minimizar los riesgos de enfermedades y embarazos no deseados en los jóvenes, en países como Colombia, Argentina y Chile han apostado a la educación integral en sexualidad en las escuelas.
Contrario a esto, en Panamá, a pesar de los intentos que se hacen desde hace tres años por normar el tema, aún no se logra consenso sobre el marco legal que establecerá los parámetros para la enseñanza de la salud sexual y reproductiva.
Los vecinos lo hacen
En Colombia, en la década de 1970, las corrientes internacionales que fomentaban el control de la natalidad influyeron en las temáticas que entonces se trataban de forma ocasional en la escuela, en las cátedras de Ciencias Naturales y Salud o Comportamiento y Salud en las cuales se abordaba el tema de la sexualidad y la prevención. Sin embargo, no fue hasta la década de 1990, con la Constitución de 1991, que se marca un hito en materia de educación sexual.
El Ministerio Nacional de Educación de Colombia indica en su página web que el Programa de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía fue validado entre 2006 y 2007, tiempo en el que se concertó, probó y ajustó su propuesta pedagógica, conceptual y operativa en 53 instituciones educativas que reúnen a 235 sedes de 5 regiones del país.
El objetivo del programa es “generar prácticas pedagógicas que propicien el desarrollo de competencias en los estudiantes, para que puedan incorporar en su cotidianidad el ejercicio de los derechos humanos sexuales y reproductivos, y de esa manera tomar decisiones que les permitan vivir una sexualidad sana, plena y responsable, que enriquezca su proyecto de vida y el de los demás”.
Rocío Hernández, una madre colombiana, cuenta que la materia –para su hija de 13 años– se llama “Con Sentido” y que la recibe tres horas a la semana. Detalló que allí le enseñan a las chicas cómo deben cuidarse para evitar quedar embarazadas, así como las consecuencias del alcohol, el cigarrillo y las drogas.
En Argentina, en tanto, en 2006 se creó mediante ley el Programa Nacional de Educación Sexual, y se aprobaron los Lineamientos Curriculares de Educación Sexual Integral que los docentes del país aplican para la enseñanza a niños y jóvenes.
El caso local
En Panamá, el tema está nuevamente sobre el tapete, con la presentación de un nuevo proyecto por parte de la presidenta de la Comisión de la Mujer, Niñez, Juventud y Familia, Marilyn Vallarino, y aunque pareciera que hay consenso sobre la pertinencia de educar a los niños y jóvenes sobre sexualidad, el cómo y el quién siguen generando polémica y dilatando el debate.
José Ángel Aguilar, secretario general de la Coalición Mesoamericana para la Educación Integral en Sexualidad y miembro de la Red de Democracia y Sexualidad (con sede en México), señaló que Panamá tiene un rezago en llevar el tema a las aulas. Una evaluación realizada por la Coalición Mesoamericana indica que tras dos años de haberse firmado la “Declaración Ministerial” relativa a Prevenir con Educación, Guatemala muestra un avance de 56%, Perú 47%, México 38%, Nicaragua 38%, Costa Rica 37% y Panamá 26%. Sin embargo, en el caso de Panamá este porcentaje está basado en las acciones realizadas en salud, ya que en el área de educación no se ha hecho nada.
Los avances como región tampoco son halagadores. El secretario de la comisión acotó que la región mesoamericana solamente ha materializado un 30% de los compromisos adquiridos por los ministros de Salud y Educación en la Declaración Ministerial firmada en la XVII Conferencia Internacional de Sida, en agosto de 2008.
Recordó que entre los compromisos más importantes están que para 2015 se debe haber reducido en 75% la brecha entre el número de escuelas que actualmente no ha institucionalizado la educación integral en sexualidad.
La diputada Vallarino aseguró que está consciente que se requiere legislar sobre el tema, y que con el fin de establecer políticas públicas de prevención y atención para la calidad de vida y protección de la familia presentó un proyecto de ley.
Vallarino agregó que la comisión esta abierta al diálogo y que el proyecto puede ser modificado. “Pero quienes se oponen no pidan eliminar artículos sin las debidas consultas”, remarcó.
El ex ministro de Salud y especialista en sexología Guillermo Rolla Pimentel indicó ayer –tras una primera revisión a la ley propuesta por la diputada– que está en “general bien, pero hay algunas terminologías que deben ser modificadas. Incluso, puede ser complementada con aspectos importantes que no se han considerado y que están en la Ley 442”.
Explica que el concepto del derecho a la reproducción debe estar bien establecido. “En ambas leyes no se menciona la importancia de la satisfacción placentera como medio de sostener armonía y la unidad de pareja en familia y la influencia que una educación e información sexual puede tener en prevenir las desorientaciones y disfunciones sexuales”.
La presidenta de la Asociación de los Padres de Familia de Panamá, Aixa Gómez, aseveró que nunca se han opuesto al tema, pero que mantienen su posición de que todo tiene su etapa.
Enfatizó que la educación comienza con la enseñanza de los valores morales, que llevan a tener buenas actitudes, convirtiéndose en la base de una personalidad bien hecha.
Elsa Berroa, directora ejecutiva de la Asociación Panameña para el Planeamiento de la Familia, dijo por su parte que en los colegios particulares se enseña educación sexual resaltando la importancia de los valores. Mencionó, además, que todos los jóvenes deben tener acceso a la información por igual, ya que una persona informada es una persona con conocimiento.
El Ministerio de Educación mediante relaciones públicas indicó –sin dar detalles– que ellos están analizando varias propuestas.

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